Tras dejar pasar unos días, por aquello de tener la necesaria perspectiva y dar tiempo a que se curen las heridas (sic), creo que ha llegado el momento de plasmar en este blog las vicisitudes gastronomoculturales de un buen fin de semana con sabor asidonense.
Tooodo comienza un sábado por la mañana con una pequeña división grupal, una parte de los socios y allegados deciden ir a ver un espectáculo ecuestre mientras la otra parte decide desayunar por el camino y dar un paseo por la zona. Los caballistas, rendidos por la emoción de lo vivido, y los paseantes nos reunimos, como no podía ser de otra manera, para tomar el aperitivo y dar tiempo a los anfitriones para explicar debidamente el plan que nos esperaba.
En primer lugar, soltar lastre en la casa rural que nos habían reservado, a continuación desfilando al restaurante El Duque, el aperitivo fue en La Duquesa, lo que dio lugar a alguna que otra confusión sin importancia. Después paseo cultural por Medina con idea de ver las diferentes iglesias, arcos y otros interesantes elementos del patrimonio de este precioso pueblo de la Comarca de la Laguna de La Janda y ...¡las cloacas!
Tratando de cumplir la "Hoja de Ruta" nos encaminamos hacia la casa rural "Los Balcones" (www.losbalcones.net). Casa señorial de dos plantas en la que se han habilitado 7 apartamentos, que con el ejército que éramos ocupamos casi al completo y que es muy recomendable. Nos desplegamos, digoooo... nos distribuimos como buenamente pudimos y nos fuimos, con más hambre que vergüenza, cualidad de la que muchos de nosotros adolece, a comer a El Duque (www.hotelelduque.com), donde esperando a algun@ demorado (y grana) nos tomamos una espumosa siguiendo el protocolo habitual, en un saloncito con una barra y decoración enólogica, cinegética y taurina.
Comienza el espectáculo. El restaurante dispone de una zona con grandes ventanas, una especie de porche cerrado y alargado que termina en un salón más grande pero de iguales características. Una mesa para los niños en otro salón anexo algo más pequeño (no, sin rejas ni perímetro electrificado) y a la vista de sus responsables progenitores.
El menú infantil (debo reconocer que hice alguna incursión con la excusa de vigilar a Bart Simpson y sus secuaces) se componía de croquetas caseras, crujiente de gambas que eran gambas con gabardina buenísimas, unas cucharitas con ensaladilla que no me dejaron probar, pechuga de pollo empanada ...todo bueno y acorde gracias a que algún Iván o similar no vió mi plato principal, del que hablaremos luego.
El menú para los adolescentes no tuvo desperdicio, comenzó con una tapa invitación de la casa, de algo que aparentaba ser natillas pero que en realidad eran riñones al aceite de oliva con picatostes. Una delicia.
Milhoja de foie con queso y manzana, paté de perdiz en escabeche, ravioli de rabo de toro con parmesano y carpaccio de ternera y queso curado con carne de membrillo.
Milhoja de foie con queso y manzana, paté de perdiz en escabeche, ravioli de rabo de toro con parmesano y carpaccio de ternera y queso curado con carne de membrillo
Milhoja de foie con queso y manzana, paté de perdiz en escabeche, ravioli de rabo de toro con parmesano y carpaccio de ternera y queso curado con carne de membrillo.
...puedo seguir repitiéndolo, pero no puedo explicarlo, hay que ir y probarlo. Todo. La milhoja crujiente con un contraste salado, dulce y lácteo perfecto, el paté como si le hincas el diente a la mejor perdiz escabechada pero en formato cremoso, el ravioli que para mi fue estrella espectacular y para D. Luis (conocido como Paco Me) el carpaccio fue una revelación, sobre todo siendo alguien que come la carne hecha como un chicharrón.
Como para gustos los colores, arco iris fue el plato principal, dentro de la selección de platos a escoger, tengan ustedes en cuenta que era un menú cerrado, la ternera retinta, soloa y poco hecha o más hecha y al queso, el brazuelo de cabrito, el rabo de toro y el solomillo ibérico con crema de setas compusieron el grueso de la comanda, luego los gruesos éramos nosotros. Mi plato estaba bueno el muy cabrito, hecho al horno sin artificios, a la segoviana, jugoso, crujiente por fuera, sin mucho especiar... muy bien. Del resto algo caté, el retinto, el rabo de toro, el solomillo, en fin, recomiendo ver las fotos, la visual hace gala a la regustil.
Ahora llega el postre, todo el que ha comido conmigo alguna vez sabe que "no soy de postres"... dos y picoteé de un tercero...bueno, picoteé no, luche a brazo partido con los que me flanqueaban cuchara en mano que eran muchos y valientes. Torrija caramelizada con coco y fresas. La torrija calentiiiita, el coco helado y las fresas con un toque ácido. Imaginad, imaginad, malditos.
Chupitos y/o etiqueta negra. Montecristo y Vega Fina hicieron el resto...al aire libre, claro.
Aquí llegó lo más difícil: La parte monumental...no es que tuviéramos que excavar nosotros las cloacas pero la hora de comienzo, las cuestas arriba y abajo con la barriga llena, el hecho de que la mayoría ya conocía la zona y la horda de niños que llevábamos, hizo que la visita cultural fuera algo más corta de lo previsto, aunque una gloriosa guía había puesto empeño y toda su sabiduría local para mostrarnos su patria chica con detalle.
Cafelito en una preciosa terraza en alto con unas vistas que abarcan desde Chiclana a Barbate, donde tienen el detalle de darte un poncho de forro polar para disfrutar de las tardes noches en las estaciones más frescas y darte excusa para cantar rancheras, unas compras para cena en casa, un carrito de mercadona desaforado y una cervecita en Capacha, barecito local, a la espalda de Los balcones, donde el atento propietario te obsequia con unas tapas fantásticas de cocina de la abuela, al pedir una cervecita helada, fueron la guinda de un día fantástico.
A casa, cena en multifamilia y una frase para el mármol...¡aaay mi dedo! Al día siguiente, cada mochuelo a su olivo, tras desayuno y paseo.
El resto, como siempre, para nosotros queda.
Fuimos a MEDINA SIDONIA con las mujeres y los niños y aunque la invitación era para una reunión gastronómica-cultural con estancia en casa de turismo rural y visita al espectáculo de caballos y toros (campo abierto), a la Iglesia Mayor, a las cloacas romanas y a la ermita visigoda, resultó que a la inmensa mayoría de miembros del club prefirión la parte gastronómica del evento con lo que se disfrutó en el Mesón del Duque, (nunca falla), con copa, puro, vuelta por Medina, más copas en el güichi de la esquina y pernocta en una casa del centro de Medina bastante recomendable ,( Los Balcones a la que se recomienda que retire algún que otro mueble).
ResponderEliminarAnte el apalancamiento del personal la visita gastronómica-cultural se quedó en la primera parte con lo que el gïchi de la esquina tuvo su merecido reconocimiento del club .
La anécdota: una voluntaria, de cuyo nombre no quiero acordarme, se ofreció como voluntaria para el avituallamiento de la cena, copas y desayuno. Todo el glamour del club quedó en entredicho al ver cómo esa señora trajo del Mercadona las viandas, pero todo fue por bien del “glup” y de ahí mi más que merecido reconocimiento.
Bien dicho Javi, ese comentario es casi un artículo en si mismo...que aprenda mas de uno!!!
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