lunes, 25 de julio de 2011

SE COMPLETA EL TRIUNVIRATO

Quien siga este nuestro blog, recordará un buen artículo salido de la pluma de nuestro querido adjunto a la presidencia que hablaba de los tres míticos restaurantes conileños que, situados uno al lado del otro como si esperasen que el atlántico los sacase a bailar, conjuntan una mini-ruta gastronómica sin precedentes.

Por más conocidos y antaño más asiduamente visitados, La Fontanilla (Pedro) y Francisco coparon las líneas del artículo en cuestión. También es cierto que D. Abelardo aún no había tenido la suerte de haber sido...llevado a El Huerto...Uuuuhm...si, el chiste es fácil, así que lo obviaré.

En fin, que con la excusa de que era el cumpleaños del que redacta estas humildes líneas, con la explicación dada de que aquel no lo conocía, con esas presentaciones en sociedad que nos hacieron estar en la...¡GLORIA!....y que merecen un sitio con encanto, pues reservó D. Javier en el susodicho restaurante y allá que fuimos.

El Huerto está en lugar de difícil acceso. No vayais. El Huerto es un local sin masificar, con las mesas precisas. No vayais. A D. Santiago, al que felicito según escribo por ser la fecha que es, no le interesa tener un comedero de domingueros al grito de tenemos paella y sardinas. No vayais si os gusta esto, id al de más allá. El Huerto no es un chiringuito playero, es un restaurante en la playa. Excelente material y buen servicio. Quien busque el "¿amigoooo, traaa sservessitaaaa?"...que siga buscando, que no vaya.

Llegados a este punto paso a relatar el menú, os lo podía simplemente contar o enumerar los platos, pero se merece un relato.

PROLOGUE
Conseguimos aparcar, cosa harto dificil en el Conil de hoy en día, más alla de la Atalaya por lo que cuando cuando los López (no Plómez), los Ferrer y las Cano más jóvenes llegamos a la mesa solo atinamos a balbucear cccervvveeeza al camarero, o espejismo, que hasta que no nos la trajo no tuvimos certeza tras tan arduo, caluroso y abrupto camino. Los Cano menos jóvenes, ya estaban allí, hablando como no, de las ven-ta-jas-de-la mo-ti-to...tan frescos, tan saludables, con sus rubias sobre la mesa, ah!y los guioncitos anteriores corresponden a una lectura con retintín. Bueno, cuando el presunto espejismo ya materializado volvió bien cargado y acompañando con unas zanahorias aliñadas, conseguimos recuperar los perdidos electrolitos y estar en disposición de homenajearnos en los términos y condiciones prometidos (pulse ACEPTAR)...y llegaron Joaquín y ¡Gloooria!



Tras largas deliveraciones, conseguimos concretar entradas, segundos y vinos.

CHAPTER ONE: LA ENTRADA
Langostinos sanluqueños, recién cogidos, recién traidos, recién cocidos, aún tibios, grandes, buenos. Muy buenos
Almejas de Carril. Se que he prometido un laaaargo e ingenioso relato, envido a la grande, mirad la foto.
Calamar Conileño de Potera. Sin limpiar, a la plancha con su tinta. Dulce.



Morrillo y Ventresca de Atun a la Plancha. Estamos en Conil, que voy a contar...¿que uno le gusta más el morrillo y a la otra la ventresca? Discutid, a río revuelto ganancia de pescadores.



CHAPTER TWO: LOS SEGUNDOS
¡Que se nos ha olvidado pedir el segundo! ¡¡¡Que alguien llame a D. Santiago!!! Evidentemente habíamos concretado pero no transmitido tan preciosa información.

CHAPTER THREE: LOS SEGUNDOS, EL REGRESO.
Estando donde estamos y con la mezcolanza de isleños, gaditanos, roteños, madrileños, asidonenses, portuenses, boquerones y descendientes de alicantinos, lo suyo era pedir un buen peje y un buen arroz. Bocinegro y arroz con bogavante fueron grata y rápidamente consensuados. El arroz con bogavante, del que tocamos a grano por cabeza dadas las características del crustáceo decápodo marino salido de una novela de Julio Verne, precedió con gran éxito al patinazo del bocinegro. Que lástima de bicho, morir para terminar cubierto, literalmente cubierto, de ajo...por favor, es un pez, no un vampiro...¡que no se va a levantar!...mejor...¡clávale una estaca! Es igual de efectivo y no le mata el sabor a mar. Con lo que se cuidaba el pobre, todo el día haciendo ejercicio, alimentándose de lo mejor de nuestro atlántico océano y manteniendose para nosotros a salvo de los demás depredadores (que no le hubieran echado el picante y liliáceo bulbo, he de decir en su favor), para terminar con un tupido y ajado velo corrido.




CHAPTERS FOUR, FIVE, SIX...: VINOS, POSTRES Y COPAS
Bien, comencemos por el vino, la elección un (varios) Viñas del Vero helado que maridó estupendamente con el menú, con las puntuales apreciaciones de quien le gustan los blancos más o menos secos o afrutados.

Postres pocos. Ya no entraba nada, al menos en estado sólido. Compartimos una tarta y una torrija que estaban muy buenos, aunque a esas alturas...

Tras el escueto postre, escueto por elección propia, un digestivo. Lo demás queda archivado en nuestro recuerdo para ser rememorado en otras ocasiones.

2 comentarios:

  1. Ya estais montando otra para la semana que viene!!! Y por cierto, volved a invitar a Lolita

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  2. A Santiago se le ve muy Feliz con una mesa así y al de la mascota bien dormidito junto a los langostinos sanluqueños, y no te digo Na de la parejita de enamoraditos.

    -Vamos, un cuadrito de lo mas colinero-

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