Cierto es que la alimentación y el buen comer son cosas distintas. También es cierto que en el día a día estamos sometidos a un stress causado por los madrugones, el ¡niño vístete! ¡niña lávate los dientes! ¡la cartera! ¡los donuts! ¡el papuuu! después el trabajo (¡¡¡¡!!!!), vuelve, comida, vuelta al curro, la casa, las tareas, baños y cenas, y por fin, semimuerte en el sofá….Es vedad que tenemos a los amigos, pero no consigues verlos tanto como quisieras, no siempre coincides con todos, unos por compromisos varios, a algunos tienes que recordarlos por fotos porque se alejaron (geográfica o políticamente) o tu emigraste…Pero de vez en cuando, los astros convergen, luego confluyen, por fin se alinean, la tostada cae con la mantequilla hacia arriba y ese día …¡COMILONA CON FAMILIA Y AMIGOS!
El sitio es lo de menos, si se come bien, la familia está al completo y los amigos muchos, cuantos más mejor. Uno de esos malos días para Murphy y buenos para astrólogos, mediums y videntes, coges y caes, como quien no quiere la cosa, delante de un bocinegro, en Conil pongamos por ejemplo. El mayor problema, decidir entre Pazo Barrantes o Gran Bazán, el único esfuerzo, tener que servirlo empezando caballerosamente por los demás, tu mayor fantasía, que quede un poquiiiíto para repetir. El “bicho” se las trae, claro, si yo me alimentara exclusivamente de gambas y cangrejos y viviera todo el año en Conil, también estaría para comerme…me pensaré seriamente si mantener este pensamiento plasmado o borrarlo antes de que comience “er cashondeíto”, en cualquier caso a mi amigo le sienta mucho mejor que a mi el horneado y ese aceite de oliva a raudales.
En fin, que un día cualquiera, fuera de temporada, con la zona más bien desierta, dos de los restaurantes emblemáticos, Francisco y El Huerto, cerrados , los nervios a flor de piel por el riesgo a quedarnos sin el tan deseado homenaje, recomendación de última hora y ¡chachaaaán! ¡diana! Fontanilla 1, Francisco y El Huerto 0. Llegará la revancha...Zamburiñas y Ortiguillas hicieron parte del resto. La cuenta…¡NIÑOS! ¡¡¿Cuántos helados os habeis comido?!!...por lo demás bien. Ellos tienen la culpa, tanta fanta y tanto helado nunca ayudó a la economía familiar. El Bocinegro sí. Ejem. Vega Fina Corona. Black Label on the rock’s.
Quien lea esto deducirá que nos cuidamos bien y que somos un montón. Nos cuidamos de lujo. Y somos un montón aunque no siempre consigamos reunirnos todos, eso sí, algunos pasaron fugazmente por allí sobrevolando la zona cual pajarracos. La comida transcurrió entre llamadas y sms a/desde Madrid y a/desde Barcelona…en Portugal estaban en otros frentes. Fotos de platos, inmortalizaciones junto a Parrondo y su bigote los viajeros madrileños, tras zamparse una merluza en salsa verde. Fotos con el Nou Camp bajo el arco del triunfo los barceloneses y luego paso por Carme Ruscadella…aaaah! Tan lejos y tan cerca.
Luego las copitas en La Atalaya (ARTEP AL), con esa puesta de sol de la que no quiero ni hablar para que no venga más gente a verla. Mi tesssssoro.
En fin, me despido desde Conil, lugar que desde mi más tierna infancia ha sido testigo entrañable de encuentros y reuniones de familia y amigos, antaño frente a un Cola Jet, ahora…ya os lo he contado.
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